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¿Tu creatividad tiene caries digitales? El fenómeno del brain rot y cómo salvar tu mente antes de que se pudra

Despiertas. Agarras el celular. Notificaciones, memes, reels de recetas imposibles y un video de un tipo bailando en Crocs mientras cocina ramen. Son las 7:15 de la mañana y tu cerebro ya procesó más estímulos que Sócrates en toda su vida.

No estás solo. Es lo que millones de personas hacen cada día, sin pensar mucho en las consecuencias. Pero aquí va la alerta roja: ese hábito puede estar “pudriendo” lentamente tu mente creativa. Literalmente.

En 2024, el diccionario Oxford eligió la palabra del año: brain rot, que traducido sin anestesia significa «podredumbre cerebral». Y aunque suene exagerado, representa una preocupación real: el consumo masivo de contenido digital trivial está afectando nuestra salud mental, capacidad de concentración y… sí, tu chispa creativa también.

¿Qué es brain rot y por qué deberías prestarle atención?

Según Oxford, brain rot es la “deterioración del estado mental o intelectual, vista como resultado del consumo excesivo de material trivial o poco desafiante, especialmente contenido online”. Es decir: si pasas horas viendo videos cortos, memes sin contexto y noticias irrelevantes, podrías estar entrenando a tu cerebro para ser… menos eficiente.

Y ojo, no es una invención millennial. El concepto ya fue mencionado por Henry David Thoreau en 1854 en su libro Walden, comparando el empobrecimiento intelectual de su época con el apodrecimiento de papas. Visionario, ¿no?

Lo cierto es que la sobrecarga de contenido digital superficial tiene consecuencias reales: fatiga mental, menor capacidad de atención, ansiedad, procrastinación crónica y pérdida de interés en procesos creativos profundos.

¿Quiénes están más afectados por esta epidemia digital?

1. Adultos jóvenes y generación Z

Son quienes han crecido con pantallas como parte de su entorno natural. Según el libro Geração Ansiosa de Jonathan Haidt, hay una relación directa entre el aumento de consumo digital y la ansiedad generalizada en adolescentes y jóvenes adultos.

2. Creativos, freelancers y trabajadores del conocimiento

La paradoja de quienes viven de su mente: cuanto más necesitan foco, más atrapados están en ciclos de distracción. La creatividad requiere espacio mental y silencio… justo lo contrario al caos algorítmico.

3. Padres, educadores y profesionales de salud

Quienes intentan guiar o proteger a otros están también expuestos. El burnout digital no discrimina.

¿Cómo reconocer si estás sufriendo brain rot?

Aquí va un test exprés (y brutalmente honesto):

  • ¿Te cuesta leer más de dos páginas sin mirar el celular?

  • ¿Has visto más de cinco reels seguidos sin recordar ninguno?

  • ¿Te sientes más cansado después de “descansar” viendo videos?

  • ¿Comparas tu vida constantemente con lo que ves en redes?

  • ¿Sientes que cada vez tienes menos ideas originales?

Si dijiste sí a tres o más… alerta: podrías estar en zona de brain rot.


Cada vez que haces scroll y ves algo llamativo, tu cerebro libera dopamina, el químico del placer. Eso te hace sentir bien… por un momento. Pero luego quieres más. Y más. Y más.

El problema es que este sistema de recompensa fue diseñado para sobrevivir (comida, sexo, logros). Ahora lo usamos para likes y clips de baile. Resultado: nuestra mente se habitúa al placer inmediato y pierde la tolerancia a lo profundo, a lo incómodo y a lo creativo.

La creatividad no nace de la saturación. Nace del espacio, del silencio, de la conexión interna. Si tu mente está llena de estímulos constantes, no tiene margen para crear nada nuevo. Piénsalo así: tu creatividad es como una cocina. Si está abarrotada de platos sucios y basura, no puedes preparar nada decente. Lo mismo pasa con tu mente si está llena de contenido inútil.

¿Y entonces? ¿Estamos perdidos?

Para nada. Pero sí es momento de reaprender a usar lo digital con intención, y darle a tu mente un respiro real.


7 estrategias creativas para combatir el brain rot desde hoy

1. Reprograma tu scroll: de consumidor pasivo a creador activo

Por cada 30 minutos consumiendo contenido, dedica al menos 10 a crear algo tú: escribir una idea, grabar un audio, dibujar, pensar. Rompe el ciclo.

2. Detox digital progresivo

No necesitas borrar todo. Empieza por no mirar pantallas durante la primera hora del día y la última antes de dormir. Tu cerebro te lo va a agradecer.

3. Curaduría radical de tus feeds

Deja de seguir lo que te distrae y empieza a seguir cuentas que te inspiren, enseñen o inviten a pensar. La info basura también contamina.

4. Recupera el placer de aburrirte

Sí, aburrirte. Sentarte sin nada que hacer. Porque el aburrimiento es la antesala de la imaginación. Déjalo entrar.

5. Practica el “modo avión creativo”

Una hora al día sin interrupciones ni notificaciones. Solo tú y tu mente. Puedes usar ese tiempo para leer, caminar o pensar.

6. Fortalece tu foco como si fuera un músculo

Medita. Haz puzzles. Lee libros físicos. Aprende algo complejo. La atención se entrena. Y se puede recuperar.

7. Reencuéntrate con lo analógico

Escribe a mano. Cocina sin receta. Escucha música sin multitasking. Tocar lo real te reconecta contigo mismo.


¿Y si todo esto lo transformamos en ritual?

En Vive Creativo creemos que los rituales cotidianos son antídotos silenciosos frente al caos moderno. Convertir estas prácticas en hábitos con intención, en pequeñas ceremonias de reconexión, puede ser la medicina que tu mente (y tu creatividad) necesitan.

¿Se puede vivir creativo en un mundo diseñado para distraernos? Sí. Pero requiere valentía. No para apagar todo, sino para usarlo distinto. Para elegir. Para parar. Para crear. En vez de luchar contra el algoritmo, podemos hackearlo con propósito. En vez de dejarnos llevar por la dispersión, podemos cultivar la atención como acto creativo.

Y si alguna vez te has sentido vacío después de una tarde entera de reels, no es casualidad. Es que tu mente te está pidiendo otra cosa: más presencia, más significado, más espacio para imaginar.

La podredumbre cerebral no es el final. Es el comienzo de una nueva conciencia.

Si llegaste hasta aquí, felicidades. Ya hiciste lo más difícil: parar, leer, reflexionar. Eso ya te coloca del otro lado. El brain rot no es una sentencia. Es un síntoma. Y los síntomas están para escucharse.

Hoy puedes decidir qué tipo de mente quieres cultivar: una mente saturada y superficial, o una mente curiosa, profunda y creativa.

La elección es tuya.

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